domingo, 28 de diciembre de 2025

Como decíamos ayer...



Políticos mediocres, cuando no nefastos y malignos, despuntan como "brotes verdes" cuando los ciclos de gobierno van llegando a su fin, cuando aparecen las delictuales actuaciones de algos cargos y allegados de los partidos en declive y salen a la luz sus fétidas maniobras. Cuando los mensajes de apoyo personal ("¡Sé fuerte!") y públicos ("pongo la mano en el fuego..."), dan paso a las comunicaciones de prensa y por toda respuesta se utiliza el manido "¡y ellos más! como si repartir la pestilencia fuera una justificación suficiente.

La corrupción es muy contagiosa. Penetra en las personas y degrada la moral inexorablemente. Podrán ser condenados por malversación, por prevaricación... pero esas condenas deberían llevar anexo el agravante de contaminación moral. El daño social causado es difícilmente superado.

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Problema añadido es que los medios de (des)comunicación actuales, las apabullantes vías de (des)información se están mostrando incompatibles con la democracia, porque generan ruido y desactivan todo ejercicio de reflexión y pausa racional(izada).

Y cada vez será más difícil reconducir esta sociedad ineducada, y ajustar - sin censurar - la gigantesca y cada vez mayor capacidad de expansión (y contaminación), más invisible, más radical, subliminal, mucho más influyente que nombres, caras, colores y programas que o no llegan a la gente o nadie lee (porque, ¿de qué valen si al cabo no se cumplen?)

Si se fabrican pruebas falsas o se ocultan las reales, si se menoscaba la independencia de los medios,  y la credibilidad en las instituciones, fuerzas de seguridad del Estado y altas esferas políticas y aunque se destapen las corrupciones y los corruptos se siga manteniendo a buena parte de la población ajena presentándole otra narrativa de la realidad... no hay ni puede haber democracia.

Frente a lo cuantitativo, lo cualitativo; frente a lo urbano, lo rural; frente a la globalización, la comunidad; frente al ahora, la sostenibilidad; frente al ruido, el silencio; frente a las reacciones, las respuestas reflexivas y sosegadas...

No hablo de sustituir sino de equilibrar. Esta es lo preocupante: no ver mecanismos que reviertan un sistema que avanza cada vez más rápido empleando las maderas de los raíles como combustible.

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No creo que el problema sea el liberalismo. Como no lo es la política. Ni siquiera el fascismo/comunismo. El problema son los corruptos protagonistas de los mismos, entendiendo por corrupto no sólo al ladrón y aprovechado, también los incluidos en la 2ª acepción de la RAE: dañado, perverso, torcido.

Un documental sobre los campos de refugiados (y ACNUR) me sorprendió porque, crisis humanitaria aparte -que por cierto ya no sorprende ni impresiona a nadie de este mundo "civilizado", mientras su mascota esté bien alimentada y tenga "seguro médico" -, en ese campo, sigo, la organización interna era un insospechado ejemplo de evolución social del "comunismo" como forma inicial, con la organización (Estado) proveyendo de todo a todos hasta acabar, muchos años más tarde, con la paulatina introducción de mecanismos liberales porque así lo reclamaban los refugiados. ¿Qué es más alienante: no poder votar o no poder votar a quien quieras?

Iglesias no es mejor que Abascal. Ni Franco peor que Castro. El nacionalsocialismo no era peor que la revolución bolivariana, por cierto, con muchas ideas en común. Unos y otros carecieron de buenos protagonistas e idoneidad geográfica y temporal. Respeto a la vida (y a la muerte), respeto a las creencias que lo anterior respeten, y respeto a una (limitada) propiedad ajena. Si a nadie sorprende que en un entorno capitalista se limite el sueldo (como hacen en la NBA), por qué no se extrapola a las demás profesiones. Solo hay que tener una buena organización que asegure que lo recaudado no acabe donde no debe.

Parece que, al cabo, lo único que de verdad diferencia a liberales y podemófilos - por generalizar -, es la manera de distraer los beneficios y quién el destino final de las prebendas.

Anguita lo tenía claro: ¡programa, programa, programa! Ni blancos ni negros. Ni rojos ni zules.

[Por cierto, la primera desamortización, antes de Mendizábal, fue liberal. El himno de Riego no era republicano, ni siquiera antimonárquico. Y la canción "Banderita" (tu eres roja, tu eres gualda), fue sumamente popular.... durante la República. ¡Cosas!]


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Imagen: Thomas Potter

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