viernes, 31 de octubre de 2014

La Punky Night, antiguo jálouin



Las mujeres de Hinton St. George, Somerset, dejaban velas encendidas en el interior de grandes remolachas ahuecadas a modo de linterna para guiar a sus maridos por la noche. Era particularmente necesario cuando regresaban de la Chiselboroug Fair los 28 de octubre, pues no era raro que los achispados lugareños acabaran perdiéndose por el campo.

La práctica acabó originando la Punky Night que se celebra el último jueves de octubre en Hinton. Los niños recorren las calles pidiendo dinero, compitiendo por el premio a la mejor linterna y cantando la "punky song":

It's Punky Night Tonight
It's Punky Night Tonight
Adam and Eve won't believe
It's Punky Night Tonight
It's Punky Night Tonight
It's Punky Night Tonight
Give us a Candle, give us a light
It's Punky Night Tonight



Algunos folkloristas sostienen, en cambio, que las luces se utilizaban para dar la bienvenida a las almas de los muertos que regresan en esta época del año, o que representaban las luces vistas en los pantanos, fenómeno que achacaban a las almas de los niños no bautizados.

Aunque no hay evidencia de que el nombre punky venga de pumpkin, calabaza, la celebración del Halloween en EEUU resulta demasiado parecida. Las fechas, además, coinciden.

Con semejanzas sorprendentes, existen tradiciones en todos los pueblos en recuerdo de sus muertos. En Madagascar, en algunos pueblos amerindios y en Valencia, por ejemplo, el día de difuntos lo comparten los familiares con el cuerpo presente del fallecido, sacándolo incluso del lugar en que reposa y disponiendo el banquete junto a la sepultura. En el caso de la localidad española, se reguló el “día de partir el pan” porque los restos de comida que quedaban en los cementerios de las parroquias atraían a perros famélicos que empezaban por las sobras y acababan con los despojos desenterrados de los deudos.

La magia y el folklore ancestral se sustituyen en nuestros días por el "gozoso impulso" mercantilista que se nos inyecta insistentemente acuciado por la (falaz) necesidad de crecer y crecer y producir hasta el reventón. Se impone el mercantilismo del jálouin, aplanador, reduciendo la efeméride a una mascarada carnavalesca y relegando a mayor olvido a nuestros muertos: ¡el vivo al boyo! Esto, al menos, es castizo.


Fuente:
TheFreeDictionary.com

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