Cuando la política se convierte en un oficio y se aleja de la polis, y degenera en corrupción física, cultural, moral... acaba consistiendo en un hato de incapaces que pugna por mantener su modus vivendi a costa de implantar la ignorancia y el aborregamiento, y aparecen los populismos a ambos extremos, y entonces alertan sobre sus peligros, cuando el auténtico peligro es el desgobierno culpable, y no el desencantado apoyo de las personas a los que prometen "otra cosa".
Se me ocurre que una prueba de esa corrupción cultural es que hasta la prensa (la voz de su amo) se atreve a designar peyorativamente como tecnócrata a quien, por definición, sabe del tema, obviando el repugnante uso de "asesores", amantes del pesebre público, fieles estómagos agradecidos que pagamos todos, no el partido que opta por dar un cargo a un ignorante en vez de designar a quien sí sabe.
La advertencia, real, de este parque natural es extrapolable a la también real situación política local, nacional, continental, mundial... sólo hay que sustituir:
Prohibido pensar, divergir y/o denunciar
los supervivientes serán perseguidos.
¿Vendrán tiempos mejores? Seguro. Pero no abusemos del optimismo porque siempre puede ser peor.
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