Gaddafi, 2011

Conocemos la intrincada vida de Muammar al-Gadafi en las últimas décadas, por eso, y ante la imposibilidad de hablar con él, hemos buscado otro enfoque. Y como tuviéramos la suerte de encontrar un conocido suyo establecido en nuestra ciudad, vamos a interesarnos por los años menos conocidos.

- ¿Usted conoce bien al presidente Gadafi?

- ¡Ya lo creo! Nuestras familias pertenecen a tribus beduinas de pastores y nacimos con pocos días de diferencia: él el 7 de junio y yo el 13, y muy cerca uno del otro. Fuimos a estudiar juntos, primero a la escuela coránica de Sirte y luego al liceo de Sebha, en 1956.

- ¿Y qué recuerda del niño Gadafi? ¿Ya despuntaba?

- Pues era una época de grandes cambios en la región. En Egipto se había derrocado al probritánico rey Faruk, y por toda Libia se extendía un sentimiento generalizado de antipatía contra el rey Idris, puesto por los occidentales en Libia. El abuelo de Gadafi había muerto luchando contra la invasión italiana de 1911, y su padre, también nacionalista, padeció prisión antes de ganarse la vida como obrero. Eufóricos por los acontecimientos, un grupo de adolescentes formamos una célula revolucionaria...

- ¿Una célula revolucionaria a los catorce años?

- Sí, el ambiente estaba muy politizado. Muammar se distinguió y fue expulsado del liceo, marchándose a Misurata... Y, entonces, se descubrió petróleo y la esperanza de un futuro próspero embriagó a todo el mundo. Gadafi estudió leyes en la Universidad de Bengasi y en 1963 ingresó en el Colegio Militar donde volvimos a coincidir.

- ¿Cómo es que con sus antecedentes republicanos ingresó en la Academia Militar?

- Sí, sí, era el lugar más apropiado para sus ideas republicanas, lejos de la policía secreta del rey. Alumno brillante, muy pronto fue teniente y marchó al Reino Unido a hacer un curso de perfeccionamiento. En agosto de 1969 ya era capitán y el 1 de septiembre tomó parte en el golpe de estado aprovechando que el rey Idris se encontraba en Turquía. Un golpe maestro, limpio y fulminante. Y los ideales eran, claro está, la unidad nacional como paso previo para la consecución de la unidad árabe. Se expulsó a británicos y norteamericanos y se cerraron sus bases militares; se prohibieron los partidos políticos y se nacionalizó el petróleo en beneficio del pueblo, proclamándose la República Árabe Libia...

Mi interlocutor está embalado. Le brillan los ojos, le tiembla un poco la barbilla y las palabras se atropellan en su boca intentando dar coherencia y orden a los relampagueantes recuerdos, produciendo una especia de espumita en la comisura de sus labios. No tengo valor para cortarle. Bebemos un sorbo de té y le dejo continuar...

Durante muchos minutos me habla de panarabismo, panislamismo, panafricanismo, de hechos admirables y de conflictos aquí y allá, de guerras sangrantes, atentados, represión interna, ejecución masiva de presos y desconfianza, mucha desconfianza. Me habla de un hombre que parece haberse separado de la realidad, una actitud, razona, muy propia de los estadistas que se perpetúan en el cargo. Y mientras, su familia convirtió el país en una cleptocracia, dirimiendo a tiros sus diferencias hasta dentro de los tribunales, y el país se hundió...

- Un territorio tres veces más grande que España y con poco más de seis millones de habitantes, ¿cómo es posible que Libia tenga dificultades económicas con unos recursos envidiables?

- Sí, el PIB de Libia supera el de Croacia, Rusia o Hungría, y es el quinto del mundo árabe, por detrás de Emiratos Árabes, Qatar, Baréin y Kuwait. La alfabetización es del 90 %, la esperanza de vida es de 77 años y la mortalidad infantil inferior al 20 ‰, se han erradicado las enfermedades infecciosas, no hay casos de pobreza extrema y prácticamente el 100 % de la población urbana y la mayoría de la rural tiene acceso a servicios sanitarios y agua potable de óptima calidad en sus hogares, pero..

- ¿Pero?

- Pero las condiciones reales de vida son poco dignas en muchos casos. Se agrava el problema de la vivienda. El Congreso - el partido - ha malgastado los recursos y ara toca reducir la estructura administrativa del Estado, disminuir los puestos de trabajo públicos y las prestaciones sociales, cuando el paro afecta al 30 % de los adultos y muchos más en los jóvenes. Mientras, Gadafi goza de la exaltación internacional. Viajaba a Francia, a España, a Italia, a los Estados Unidos... e impartía conferencias online en las universidades occidentales. - Permítame un inciso: fíjese qué muestra de hipocresía: Sarkozy acababa de vender a Libia material militar por valor de diez mil millones de euros, material que ha destruido la "coalición internacional" que lidera la propia Francia -. Así, alejado de la realidad, los vientos de cambio, vientos huracanados en toda la región, le pillaron por sorpresa. Intentó acallarlos mediante una severa represión, pero se le ha ido de las manos...

- ¿Cuál es el futuro de Muammar al-Gadafi según usted?

-  ¡Quién sabe! A pesar de su aparente teatralidad, es un hombre sobrio y austero que sólo se muestra ostentoso en política. Lleva una existencia frugal; puritano y místico, aunque no fundamentalista, en cuando puede se escapa al desierto donde lleva un estilo de vida beduino, comiendo dátiles, pán y leche de camella y dedicándose a la contemplación y a la plegaria, y a observar las estrellas. Después de más de cuarenta años, tiene muchos seguidores, clientes agradecidos sin duda que si él se va, perderán todo y quedarán expuestos a la venganza del otro bando. Creo que resistirán tanto como puedan y que va a ser una guerra larga y penosa. Porque Gadafi no tiene amigos en el exterior, ¿quién podría acogerlo?

Muammar hace un inciso y me mira con ojos sonrientes

- Si hasta el histriónico Hugo Chávez que tanto le apoyaba parece haber hecho caso a vuestro Rey y está callado.

Terminamos la entrevista.

Mañana sale hacia Libia con su hijo Saif, no puede ni quiere mantenerse al margen de unos acontecimientos que están cambiando la vida de los suyos y de su país.

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Gadaffi fue asesinado el 23 de octubre de ese mismo año en Sirte, Libia.

• Un completo álbum de fotos con mandatarios de todos el mundo (Castro, Lula, Chávez, Evo Morales, Correa, Duarte, Maduro, Berlusconi, Fdez de Kirchner, Rdguez Zapatero, Blair, Aznar, Sarkozy, Obama, Schröder, Merkel, Mitterrand, Chirac, Juan Carlos I, Mandela, Kim Il-Sung, Indira Gandhi, All Khamenei, Ahmadineyad, Arafat, Mahmoud Abbas, Hafez y Bashar al-Assad, Erdogan, Kofi Annan, Ban Kimoon, Mugabe, Gorbachov, Brézhnev, Putin, Jaruzelski, Gordon Brown, Romano Prodi, Andreotti...) en Meetpedia
• Fotografía de cabecera (y una completa biografía): William Sanabria, La muerte de Gadafi y las perspectivas para Libia. Izquierda Revolucionaria Venezuela. 7 de noviembre de 2011.